Mi nombre es Julia y soy una de las muchas personas que admiran la vida y obra de Dali. Un verano, decidí ir de vacaciones a Cataluña, y visitar las ciudades más importantes por las que pasó el artista durante su vida. Primero, pasamos por Figueras, su lugar de nacimiento, donde encontramos el famoso Teatro Museo Dalí y el Dalí Joyas. Ambos son impresionantes. En el museo, hay gran parte de sus obras, las más conocidas, repartidas de una forma mágica por el edificio, tan original como lo era el genio.
El segundo lugar que visitamos fue Pubol, donde está la Casa-Museo Castillo Gala-Dalí. Se trata de un auténtico castillo con todo lo que Gala y Dali podían pedir. En su jardín, se pueden ver los archiconocidos elefantes dalinianos patilargos. Este edificio fue elegido y restaurado por él mismo para su amada Gala. Se dice que escogió esta fortaleza para proteger y cuidar a la Reina de su vida. En el interior de sus habitaciones, llamaban la atención unos adornos florales por su aspecto de frescura y por el perfume que había en todas las estancias. Se trataba de la flor Estatice, una de las flores favoritas de Gala.
Finalmente, el camino nos llevó a Cadaqués, a Portlligat, un pueblecito pesquero que Dalí escogió para descansar e ir construyendo a través de sus años de vida, una casa que parece salir del mar. Los paisajes desde allí son tremendamente bucólicos e inspiradores para el artista. Allí, vivió durante casi toda su vida con Gala. En esta ocasión, vemos la flor de Estatice utilizada de forma muy original, componiendo las lámparas de las habitaciones e impregnándolo todo con su agradable olor.
La Estatice es una flor que nunca pierde su frescura, aunque esté seca su aspecto no cambia, es una siempreviva.
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